La complicada situación por la que atraviesa el mercado inmobiliario actualmente está favoreciendo la aparición de nuevas fórmulas que lo reactiven a precios más asequibles. Y la construcción de casas de madera es una de ellas, ya que no sólo pueden funcionar como complemento para el jardín o residencia temporal, sino que, incluso, pueden convertirse en vivienda habitual.
Aunque, antes de apostar por esta opción, hay que tener en cuenta una serie de elementos imprescindibles:
- El objetivo de su edificación: Tanto si se desea una casa de uso temporal como de uso permanente habrá que adecuarla correctamente para que sea habitable incluyendo las correspondientes canalizaciones de agua, los sistemas de electricidad, etc. Si se va a emplear, por ejemplo, como una especie de almacén para los útiles y herramientas del jardín, este tipo de requerimientos variarán y el tamaño también podrá ser menor.
- El espacio disponible para su instalación.
- La inversión que se esté dispuesto a realizar en ella.
¿Qué ventajas tienen?
- En primer lugar hay que destacar que son más económicas que cualquier otro tipo de construcción. Así, el precio una casa de madera a partir de 20 metros cuadrados –que ya puede emplearse como vivienda- puede oscilar entre los 15.000 y los 25.000 euros, y se incrementará conforme aumente su tamaño y las comodidades que ofrezca. Si lo que se busca es una caseta más pequeña, es posible adquirirlas hasta por 500 euros a partir de 5 metros cuadrados.
- Las maderas que se usan en su fabricación suelen ser el abeto, el pino o especies tropicales que ofrecen todas las garantías de resistencia y durabilidad –a veces, incluso, en niveles superiores a materiales empleados habitualmente en el sector de la construcción-. Se trata, además, de una materia prima sostenible y completamente respetuosa con el medio ambiente.
- No requieren cuidados especiales, ni interiores ni exteriores, salvo, en algunos casos, la aplicación de aceites especiales de forma esporádica para mantener intactas sus cualidades.
- Admiten todas las instalaciones tanto internas como externas que pueden realizarse en casas tradicionales como, por ejemplo, porches, iluminación, toldos, fuentes de energía alternativas –placas solares, etc.-.